Monumento Nacional a Nuestra Señora de Coromoto
Para la Coronación de una Imagen célebre de MARIA SANTISIMA, es costumbre, casi hecha ley, de efectuar la ceremonia al aire libre, debido a la aglomeración de fieles que tales actos suelen reunir. Es también de rigor, en el centro donde la concurrencia ha de colocarse, levantar algún monumento para poner de realce el acto de la Coronación.
El proyecto y ejecución del monumento fue ejecutado por el aventajado artista, el escultor ANTONIO RO DE IGUEZ DELO VILLAR, muy conocido en Venezuela por ser el autor de la obra inmortal de CARABOBO.
Este monumento, que presenta una mole inmensa de 20 a 30 metros de base, sobre unos 18 metros de altura, comprende cuatro cuerpos principales.
Sobre la base y extensión adyacente, de 30 metros de ancho, se levanta el primer cuerpo, donde se encaja un altar de 7 metros de ancho, en el cual celebró la misa pontificial, el 11 de septiembre, a las diez de la noche, el Excmo. CARDENAL ARTEAGA Y BETANCOURT, el Legado Pontificio.
En el Centro del altar, sobre una repisa, se colocó el Relicario de la Coronación.
Inmediatamente en el segundo cuerpo, y en todo el frente, se destaca la Virgen del TOPO, reproducción del cuadro de este nombre que se venera en la CATEDRAL DE BOGOTA.
A la derecha se destacan, sobre un ancho de 10 metros, las figuras del relieve de los que acompañaban a la Virgen del TOPO, cuando se efectuó el portentoso milagro que se narra en esta obra.
Los personajes, de tamaño heroico, están todos en actitud de orar, con el SANTO ROSARIO en la mano y la expresión piadosa que exteriorizan a la piedra evidencia a las claras la competencia del escultor, que supo expresar el sentimentalismo que sublima una obra de arte.
A la izquierda, también sobre un ancho de 10 metros, se destacan las figuras de los Indios Coromotos, queriendo el artista plasmar en estos bellísimos relieves la salida de estos indios de su selvática montaña y su llegada para poblarse en Tucupido, en el sitio de la aparición de Nuestra Señora de Coromoto, señalado con la Cruz, que allí se plantó, cuando tuvo lugar el milagro portentoso de la Virgen del TOPO.
En el frente del tercer cuerpo lucen los indios Coromotos de la portentosa Aparición del 8 de septiembre de 1652. El personaje central: El Cacique Coromoto es tal vez la figura mejor acertada de toda la obra: la fiereza aborigen, con toda acerba e inconsiderada actuación, se destaca en la escultura maestra de este personaje. A su lado, su cuñada Isabel, el sobrino y su mujer, no desdicen en su conjunto de la obra cumbre de estos cuatro relieves.
Seguidamente, donosa, pero con aire de gracia y divinal ternura, se alza la figura de la SANTISIMA VIRGEN con más de cuatro metros de alto, con sonrisa maternal contempla la Madre de Dios y Madre tierna de Venezuela a la raza aborigen, al pueblo venezolano todo, que a sus virginales plantas imploran su amparo y protección, y derrama sobre la Patria que allí sintetiza el Escudo Nacional, la efusión de sus espirituales bendiciones.
En ambos lados y en plano superior, dos Ángeles en mística actitud, parecen atentos a los deseos y órdenes de la REINA DE VENEZUELA para cumplir sus mandatos o presentar por su mediación al ALTISIMO el incienso perfumado de las oraciones de los fieles. Los Ángeles de la Patria, bajo la égida protectora de la Patrona de Venezuela, pronto harán sentir su bienhechor influjo para bien de las almas todas que la aclaman por su MADRE y celestial Patrona. –
Nota: Nos es grato hacer constar que la colocación del monumento fue ejecutada por el ingeniero Manuel Rodríguez del Villar, hijo del escultor.