GIRA COROMOTANA I

En 1951 el Episcopado Nacional celebró sus sesiones anuales en la ciudad de Mérida y el 21 de octubre de aquel año lanzó una pastoral colectiva con motivo del próximo Tricentenario de la Aparición de la Santísima Virgen a los indios coromotos.

En este importante documento se declaraba «Año Jubilar Coromotano» el de 1952 y se ordenaba que cada diócesis elaborara los actos conmemorativos para la digna celebración de tan fausto acontecimiento, el 8 de septiembre del mismo año.

Ordenaba también la celebración, en Barquisimeto, de un Congreso Mariano Nacional que debía efectuarse antes y después de los actos de la solemne Coronación de la Sagrada Imagen de Nuestra Señora de Coromoto, fijada para el día 11 de septiembre.

Otra importante resolución del Episcopado fue la Jira Coromotana, que debía efectuarse en dos partes. La primera anterior y la segunda posterior a la Coronación. La Sagrada Imagen de Nuestra Señora de Coromoto debía recorrer todos los ámbitos de la Patria venezolana.

Cumpliendo lo dispuesto por el Episcopado Nacional, la Sagrada Imagen de Nuestra Señora de Coromoto, desde el 19 de abril de 1952 hasta el 14 de junio siguiente, hizo la primera parte del recorrido, visitando las diócesis de Calabozo, Guayana, Vicariato Apostólico del Caroní, de Cumaná, Coro, Maracaibo y Vicariato Apostólico de Machiques.

La segunda parte de la Jira Coromotana se efectuó después de la Coronación y se inició por la tarde del 13 de septiembre y ter. minó el 22 de noviembre, día de su apoteósica entrada a su elegida ciudad de Guanare, habiendo recorrido las diócesis de Barquisimeto, Valencia, las Arquidiócesis de Caracas y Mérida y la diócesis de San Cristóbal; y del 12 al 19 de noviembre, las islas Aruba, Curazao y Bonaire.

Para interés y conocimiento de los lectores, damos una somera relación de esta visita de la Sagrada Reliquia de Nuestra Señora de Coromoto al través de toda Venezuela. Este largo pero espléndido y fructuoso recorrido duró exactamente cuatro meses y cinco días.

Como fuimos asiduo compañero de Nuestra Señora de Coro-moto en casi todas las ciudades y pueblos que visitara, recogimos en todas partes las publicaciones y relatos de los diversos actos efectuados en su honor, y anotamos además nuestras impresiones personales; de este modo reunimos una voluminosa documentación, que aún poseemos. Nuestro intento era publicar una extensa e interesante relación de cuanto acaeció en tan larga manifestación mariana, pero, por diversos motivos, no pudimos realizar este interesante propósito.

Ahora, si no podemos presentar una reseña completa y extensa, daremos, repetimos, unos breves apuntes para que todos tengan una idea clara y exacta de este magno acontecimiento mariano nacional.

Por de pronto, diremos que esta Visita de la Santísima Virgen de Coromoto por todos los ámbitos de la Patria sobrepasó en esplendor y frutos espirituales todo lo que hubiéramos podido imaginarnos.

La Línea Aeropostal Venezolana, cuyo Director era entonces el señor Antonio Arráez, puso a las órdenes de Monseñor Cris-pulo Benítez Fontúrvel, quien, en su carácter de Obispo de Barquisimeto y de Guanare, era el Presidente y Director de la Jira. un avión nuevo convertido en Capilla, al cual se dio el nombre de Avión Coromoto. Además, una Hermana de San José de Tar-be había diseñado los planos de una carroza artística que fue ejecutada en París.

Con el avión se hacían los traslados de largas distancias, y en los aeropuertos siempre nos esperaba la carroza con la cual se hacían los recorridos en las ciudades y poblaciones de corto alcance.

Avión «Coromoto» de la Línea Aeropostal Venezolana, que llevó a la Virgen de Coromoto por toda Venezuela. En ambos frentes delanteros llevaba una hermosa pintura de la Santísima Vigen de Coromoto
Interior del avión «Coromoto», convertido en capilla. Sobre un altar se fijaba la custodia que llevaba la Imagen de la Virgen de Coromoto, la misma que dejó en mano del indio el día de su Aparición; se suele designar también Sagrada Reliquia. Llevaba asientos para la comitiva que acompañaba a la Virgen a todas partes: Monseñor Críspulo Benítez Fontúrvel, Monseñor Víctor José Pineda y Hermano Nectario María. Estos tres formaban la comitiva fija, pero siempre se agregaban otras personas, según los lugares a donde iba la Virgen

El 19 de abril, el ilustrísimo señor Obispo bendijo solemne. mente el avión Coromoto antes de la salida para Calabozo, primera ciudad del recorrido. Al alzar el vuelo, rezamos el Santo Rosario impetrando la protección de la Santísima Virgen sobre el recorrido que iniciábamos.

Todos tenían cierta duda o incertidumbre sobre el éxito de esta jira, pero Monseñor Críspulo Benítez Fontúrvel se sintió reconfortado y lleno de esperanza al ver como iluminada la Sa. grada Reliquia de Nuestra Señora de Coromoto; era la señal manifiesta de que la Madre de Dios bendecía la empresa y manifestaba su satisfacción por ella.

Al llegar a Calabozo, el avión dio una vuelta a poca altura sobre la ciudad y quedamos todos sorprendidos de no ver persona alguna por las calles, desiertas en su totalidad; pero al llegar al aeropuerto una muchedumbre compacta de unas siete a ocho mil personas nos esperaba. Vivas y gritos atronadores aclamaron la llegada de la Virgen Santísima.

Cierto importante personaje de la ciudad nos aseguró entonces que allí estaba presente toda la población de Calabozo y que sólo habían quedado en casa los enfermos y gravemente impedidos.

El 21 y 22 de abril, en San Fernando de Apure, recibieron a la Virgen de Coromoto varios miles de personas y más de ocho mil estuvieron presentes para despedirla. Recordamos aquí las curaciones instantáneas de Delfín Ramírez, de cincuenta y cuatro años de edad, y entonces dueño de la bodega «La Epoca», y de Luis Murabe, de San Rafael de Atamaica, domiciliado en la calle de las Flecheras. No podía moverse del chinchorro y al llegar la Virgen de Coromoto le ofreció cargarla si le curaba los dolores que tenía en la cintura y las piernas. El miércoles amaneció sin dolor y por la tarde fue y vino del aeropuerto llevando la Virgen sobre sus hombros. Llevaba más de un año imposibilitado su friendo agudos dolores.

El 23 y 24 de abril, en el Valle de la Pascua, la Virgen fue aclamada fervorosamente por más de quince mil personas. Era entonces cura de esta ciudad Rdo. Padre Angel Polachini Rodríguez, hoy Obispo de Guanare. Allí fuimos instrumento y tes digo de una extraordinaria conversión, cuyos nombres y detalles se omiten, obtenida por mediación de la Santísima Virgen de Coromoto.

VALLE DE LA PASCUA. Grupo de ángeles que iban en la carroza de la Virgen
Aeropuerto del Valle de la Pascua, en espera del avión «Coromoto» (23 de abril de 1952)

Por doquiera, al llegar la Sagrada Reliquia de Nuestra Señora de Coromoto parecía que un efluvio eléctrico sobrenatural se apoderaba de las masas que abandonaban sus pueblos y casas y, en tropel cerrado, acudían a su recibimiento.

De todas las ciudades y sitios adonde llegamos podría decirse lo que oímos de boca de un taxista que nos llevó de Puerto la Cruz a Barcelona: «Esta manifestación nadie la habia soñado; más nunca la volveremos a ver y nuestros hijos tampoco verán cosa semejante. Esto no tiene nombre como expresarse» ().

Recibimientos y despedidas apoteósicos, importantes desfiles, vivas atronadores, lluvias de flores, confesiones y comuniones en masa fueron parte del grandioso homenaje de amor que Venezuela tributó a su Celestial de dicha con Su presen las poblaciones, la cuales vivieron horas de dicha con su presencia.

Milagros maravillosos. grandes Favores y especialmente conversiones se realizaron entonces por intercesión de nuestra Amadísima Madre Celestial.

PUERTO DE LA CRUZ.--Carrozas para el recibimiento de Virgen de Coromoto (2 de abril de 1952)

El 25 de abril, en Altagracia de Orituco, más de 300 jinetes nos esperaban en el aeropuerto y acompañaron a la Santísima Virgen hasta la ciudad. Allí la Virgen, bajo palio y escoltada por 150 niñitas vestidas de ángeles y rodeada de toda la población, anduvo el trayecto de tres cuadras sobre una alfombra de flores naturales.

Contemplamos en el camino un espectáculo imprevisto y extraordinario: una bandada de palomas vino volando, en ruedos aerovólicos, delante de la Sagrada Imagen hasta llegar a la Iglesia Parroquial.

Un caraqueño amigo, y que había venido a honrar la Virgen, nos preguntó cómo habían hecho para preparar así estas palomas; le expuse que nadie había intervenido en ello y que estas aladas criaturas, movidas por misterioso impulso, honraban, a su modo, a la Reina del Universo y Madre de los hombres.

El 26 y 28 de abril, en Ciudad Bolívar, cerca de unas treinta mil personas asistieron a la recepción de la Virgen. El desfile de la Sagrada Imagen duró cuatro horas. Habían preparado una be-lísima carroza que representaba un barco con 400 luces; en el centro tenía un hermoso arco iluminado.

A la llegada de la Virgen, habían soltado palomas, y una voló a colocarse encima de la Carroza, junto a la Custodia de la Virgen, y allí permaneció cuatro horas, hasta la llegada a la Iglesia catedral.

El 28 de abril la Virgen salió para Soledad, el Tigre, Santo Tomé y Cantaura. Del Tigre a Soledad hay una distancia de 120 kilómetros y virtualmente todo este largo trayecto se hallaba lleno de carros y peatones para saludar a la Virgen a su paso.

El 29 y 30 de abril se detuvo en Barcelona. Allí un inmenso gentío aclamó a la Virgen Santísima a su llegada. La tropa acantonada en esta ciudad, en la mañana del siguiente día, le rindió un especial homenaje, cuyos actos más emotivos fueron las numerosas confesiones y comuniones generales y el bautismo de algunos soldados que no habían recibido este Sacramento.

CIUDAD BOLIVAR, 26 DE ABRIL DE 1952. Hermosa carroza que llevó la Sagrada Reliquia de Nuestra Señora de Coromoto del aeropuerto a la Catedral
Barcelona recibe esplendorosamente a Nuestra Señora de Coromoto, el 29 de abril de 1952

Durante la Santa Misa, que oficiaba Mgr. Bernal, Arzobispo de Guayana, fuimos testigo de un espectáculo singular. Estábamos arrodillado a la derecha del altar, cuando, de repente, fuimos gratamente sorprendidos por el melodioso canto de un pajarito, Que se había colocado a la derecha de la Sagrada Imagen de la Virgen, y cuando contemplábamos atónito esta avecilla cantando, otra se posó a la izquierda de la misma Sagrada Imagen en simd. trica posición que la primera. Nos faltó un aparato fotográfico para captar tan insólito como inesperado acontecimiento.

La manifestación mariana de Puerto la Cruz, por la tarde y noche del 30 de abril, fue extraordinaria y no hay palabras para expresarla: más de 60.000 personas recibieron y acompañaron a la sin par Madre de Dios; seis bellísimas carrozas unidas a la principal que llevaba la Sagrada Imagen de Nuestra Señora de Coromoto, daban un encanto peculiar al recorrido.

En Puerto la Cruz tuvimos conocimiento de dos portentosos milagros obtenidos por la intercesión de Nuestra Señora de Coromoto.

El primero fue la curación instantánea de una niña tullida v totalmente impedida. Delante de la Sagrada Imagen, la madre, con fe y confianza, presentó la enfermita diciéndole: «Virgen Santa, mira esta inocente y pobre criatura; cúrala o bien llévatela contigo a la gloria, porque así como está no merece vivir…

Tú lo puedes todo.» La curación fue instantánea.

El segundo caso fue el de un empleado de la Compañía pe-trolera; había sido dado de baja por hallarse en el último grado de la tisis pulmonar. Su fervorosa plegaria a Nuestra Señora de Coromoto le obtuvo su inmediata curación. Los facultativos que lo examinaron quedaron asombrados al no encontrar en él huella alguna de la terrible enfermedad que le había abocado al desenlace fatal.

En Maturín, 1 al 3 de mayo, la ciudad entera esperaba en el aeropuerto la llegada del avión Coromoto. Una imponente procesión de antorchas acompañaba a la majestuosa carroza que llevaba a la Virgen de Coromoto hasta la iglesia principal de la ciudad.

Del 3 al 11 de mayo, la Virgen Santísima de Coromoto recorrió las poblaciones de Upata, Guasipati, Callao y Tumeremo, Kavanayen, Santa Elena, Icabarú, Barrancas y Tucupita; en todas partes hubo singulares manifestaciones de fe y amor a la Augusta Patrona Nacional.

MATURIN. Arriba: Llegada del avión «Coromoto» al aeropuerto de Maturín. El recibimiento de Nuestra Señora de Coromoto (su Sagrada Reliquia) no ha tenido, ni tendrá igual en la historia de dicha capital.

Abajo: La Sagrada Imagen de Nuestra Señora de Coromoto es llevada desde el aeropuerto a la ciudad
UPATA.- Composición fotográfica del recibimiento que Upata, sede del Vicariato Apostólico del Caroní, tributó a Nuestra Señora de Coromoto. En el centro, misa campal a la cual asistió toda la población

Los indios de Kavanayen y Santa Elena demostraron singular aprecio a la que se había dignado aparecer a los de su raza gular su lengua cantaron las glorias de la excelsa Madre de Dios.

Del 11 al 17 de mayo visitó Puerto Ayacucho. En el aero

puerto la esperaban más de cinco mil personas con Mons. Segundo García, Prefecto Apostólico del Alto Orinoco; la banda de los niños indígenas de la Misión interpretó el Himno Nacional.

La Virgen se dirigió a la ciudad en su carroza engalanada. Por la tarde tuvo lugar una procesión por el río Orinoco, escoltando a la Sagrada Reliquia iban muchas embarcaciones. El día 12 fue llevaba a San Fernando de Atabapo y el 13 a la Colonia indígena de Nuestra Señora de Coromoto, donde los Misioneros reunieron a los indígenas de aquella región. Los indios, bien disciplinados,

CARUPANO.-Una de las carrozas que acompañó a Nuestra Señora de Coromoto: «Las tres Madres», preparada por el Colegio Santa Rosa de Lima
CARUPANO.-Carroza representando al Sagrado Corazón de Jesús

En la noche del último día una gran procesión de antorchas, en Puerto Ayacucho, despidió a la Virgen Santísima.

En los días 17 al 24 de mayo la Virgen de Coromoto visitó a Cumaná, Carúpano y la isla Margarita, y del 24 al 30, las ciudades de Coro, Punto Fijo y Paraguaná, Churuguara, San Luis, Cabure, Cumarebo, Tucacas, La Vela de Coro, Debajuro y Capatárida.

Margarita entera manifestó a la Virgen Santísima su profunda admiración. La Sagrada Imagen de la Virgen del Valle llegó al aeropuerto de Porlamar; y ambas Imágenes, con el más grandioso acompañamiento, pasaron a la Basílica del Valle y a la Asunción, donde durante toda la noche no cesó el’ armonioso rezo del Santo Rosario.

En Juan Griego tuvo lugar la más hermosa concentración de delegaciones y grupos de toda la isla; sumaron unas 8.000 personas y el entusiasmo se desbordó en grandiosos actos de fe y amor a la sin par Señora.

Por doquiera donde pasaba la Virgen, los pueblos acudían a verla. De Coro a Punto Fijo, la Virgen tuvo un acompañamiento de 2.000 autos. Pueblos como Tucacas presentaron 24 carrozas; cada caserío de ese distrito había tenido a honra preparar la suya.

En Churuguara, 150 niñas vestidas de ángeles formaban un admirable séquito a la Santísima Virgen.

Monseñor Francisco José Iturriza, Obispo de Coro, con razón pudo decir: «la jira de Nuestra Señora de Coromoto en mi diócesis ha producido muchísimo más fruto que todas mis visitas pastorales en los trece años que llevo de Obispo de Coro».

Del 31 de mayo al 7 de junio visitó Maracaibo; más de 100.000 personas presentaron su salutación de bienvenida a la Santísima Virgen. Desde el aeropuerto a la Catedral una brillante y ordenada procesión de más de 40.000 almas acompañaba a la Virgen. Un avión lanzaba lluvia de flores y más de diez mil niños de todas las escuelas de la ciudad saludaban a su paso a la Patrona Nacional.

Noche y día, la Catedral estuvo llena de fieles, orando sin cesar ante la Sagrada Reliquia de la Virgen. Hubo un solemnísimo Rosario viviente en el cual participaron unas 20.000 personas.

Del 7 al 11 de junio se detuvo en Machiques y Villa del Rosario de Perijá.

En Machiques un grupo de verdaderos Motilones iban con sus atavíos peculiares delante de la Santísima Virgen, entre ellos un nietecito del cacique más bravío y criminal de esa tribu, que en su debe tenía varios muertos y también el haber flechado a un abnegado Misionero cuyo pecho atravesó de parte a parte, pero que, gracias a Dios, la flecha no le tomó ningún órgano vital y pudieron extraérsela. Este Misionero era, cuando la visita, cura y vicario de la Villa del Rosario de Perijá.

El día 9, en avión, la Virgen voló desde la Guagira sobre todos los pueblos de indios, incluso sobre los perdidos asientos de los Motilones, hasta los confines del Táchira con Colombia.

El 14 de junio, la Virgen Santísima de Coromoto regresó a su querida ciudad de Guanare donde se le hizo un apoteósico recibimiento. Más de 8.000 personas llenaban el aeropuerto y aclamaban con delirante entusiasmo a su querida Madre que regresaba; presidía la manifestación Mgr. Benítez Fontúrvel, Obispo de la Diócesis. Destacaba un grupo de Damas, en el cual cada una llevaba uno de los escudos de los 20 Estados, territorios Y Distrito Federal de la República.

CORO. - Singular Carroza para la veneración de Nuestra Señora de Coromoto. Delante se ven algunos de los doce pajes que acompañaban: la Virgen
CORO. Masiva recepción a Nuestra Señora de Coromoto

(1) Al siguiente día de la llegada de la Virgen de Coromoto a Puerto la Cruz, íbamos a un asunto urgente desde esta ciudad para Barcelona, fue entonces cuando el taxista, cuyo .nombre no anotamos, nos dio esta declaración que publicamos en el número 19 de Mensajero Coromotano, correspondiente a mayo-junio de 1952.