ICONOGRAFÍA DE NUESTRA SEÑORA DE COROMOTO

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IMAGEN DE NUESTRA SEÑORA DE COROMOTO: SU FORMA Y DIMENSIONES; MATERIA. DESCRIPCIÓN; ESTADO ACTUAL. IMAGEN DE NUESTRA SEÑORA DE COROMOTO DE TUCUPIDO. REPRODUCCIONES

La milagrosa Imagen de Nuestra Señora de Coromoto, dejada por la Virgen Santísima en manos del indio, el 8 de septiembre de 1652, para la cual se hicieron la valiosa custodia y el rico altar de plata de las cuales ya hemos hablado, es diminuta y de forma ovalada; tiene apenas el tamaño de un peso fuerte, mide 27 mili-metros de alto por 22 de ancho y el óvalo de oro en que está encerrada 41 milímetros por 33.

La Imagen, parece ser, según impresión de uno de los declarantes de la Información de 1746. «de un papel de seda»; y dice el Obispo Mariano Martí:

«Parece de impresión, a la manera de las Imágenes impresas en papel.»

Nosotros, que hemos examinado la materia de la Imagen con detención y con lente potente, suponemos que su materia es uno de esos antiguos y tenues pergaminos, y la Imagen, impresa, pues tiene el carácter de esas antiguas impresiones a rayas y puntos;

Sin embargo, puede ser que haya sido trazada con pluma, pues está dibujada finamente con rayitas y puntitos, semejando un retrato trazado con tinta china.

Esta Imagen representa a la Santísima Virgen con el Niño Jesús que parece sentado sobre sus rodillas; con la manecita derecha levantada, bendice y con la izquierda sostiene el mundo, representado por una bola dominada con una cruz.

La Virgen Santísima, con la cabeza recta y la vista al frente, da la impresión de estar sentada en el camarín, coronado por un arco en forma de portal. Este camarín parece estar sostenido por pilares delgados, que los pintores de sus copias han representado con dos columnas unidas entre sí en su parte superior. Tiene sobre la cabeza una corona real y un velo blanco, que cae simétricamente a los lados; el manto que lleva es de color carmesí morado, cubre las espaldas, ondula por delante y se une por detrás del Niño, dejando tan sólo descubiertas las manos de la Virgen y una parte de la túnica, que, como la del Niño, es de color pajizo.

Es de advertir que los colores aquí indicados están tan apagados que casi ya no se distinguen.

Con pena, hemos observado que la parte de la Imagen que corresponde a la cabeza y al cuerpecito del Niño está raída y casi agujereada. Este grave deterioro es reciente y se ha venido notando desde hace más de cincuenta años.

En época ya remota, hace unos doscientos cuarenta años, esta Imagen presentó un menoscabo parecido al que mencionamos ahora, el cual fue milagrosamente renovado, como lo atestiguan las dos siguientes declaraciones:

PRIMERA DECLARACION.-«En la dicha ciudad de Guanare, a diecisiete días del mes de febrero de 1746, en prosecución de la Información mandada recibir por Su Señoría, el Señor Visitador General de esta provincia, para investigar la milagrosa Aparición de Nuestra Señora de Coromoto y sus milagros, por el ante presente Notario, hizo comparecer al Sargento Mayor don Joseph de Montesinos, vecino de esta dicha ciudad, de quien recibí juramento: que hizo por Dios Nuestro Señor y la señal de la Cruz, en forma de derecho, so cuyo cargo prometió decir verdad de lo que supiere, dijo:

.-refiere lo que sabe, pues en 1729 había sido nombrado Mayordomo de la Cofradía de Nuestra Señora de Coromoto. Y agrega: «El Cura la sacó de las vidrieras -relicario y halló que la materia en que está la forma corpórea de esta divina Señora estaba raída de algún avechucho, que pasaba de un lado a otro, de modo que la cara y los pechos del Niño eran agujereados. No fue esto poco sensible en los corazones de los fieles devotos, poco duró por su piedad inmensa, pues a poco tiempo se fue manifestando el Niño, hasta que quedó en la perfección que antes estaba, aunque al ver del declarante quedó Imagen de Nuestra Señora de Coromoto según copia al óleo, inspirada del original, hecha en Guanare por el pintor Luis Peña Negri en 1939 en aquella parte como una sombra o una señal, notando esta marqilla el que quisiere desenganarse, ponga cuidado y lo verá, siendo patente esta maravilla al dicho declarante y a todo el pueblo..

(Antes había dicho que el desperfecto de la Imagen era también conocido de todos.)

«Leídole esta su declaración, dijo estar bien escri-ta, que en ella se afirma y ratifica y necesario siendo lo dirá de nuevo debajo del mismo juramento que es de edad de 55 años… y lo firmó con su merced y yo el infrascrito notario el 26 días del mes de febrero de 1746, doy fe

Doctor don Carlos de Herrera.
Joseph de Montesinos.

Ante mi,
Fernando Capdevilla,
Notario público y de visita.

 

SEGUNDA DECLARACION.-«En la ciudad del Espíritu Santo de Guanare en 3 de marzo de 1746 años, el Sr. Dr. Carlos de Herrera, Visitador General de esta provincia, en continuación de la Información y comprobación de los milagros de la soberana Reina María Santísima de Coromoto, hizo parecer a su presencia a Gregorio de Reina, natural y vecino de esta ciudad… ante mí el infrascrito notario, le recibió el juramento que hizo por Dios Nuestra Señor y una señal de Cruz, so cargo del cual prometió decir verdad…

»Dijo que es cierto y le consta de vista, como sacristán menor que ha sido de esta iglesia, más ha de treinta años… sobre lo acaecido en el tiempo era cura el Licenciado don Leonardo Reinoso de esta dicha ciudad, del agujero de la cabeza y pechos del Niño que tiene esta soberana Imagen de Nuestra Señora de Coromoto asido de sus soberanas manos, porque repetidas veces habiéndose reconocido por el dicho cura rector y otras personas el que no se veía el rostro del Niño ni parte del cuerpo, sacó de la custodia y vidriera donde está colocada dicha Imagen y halló de cierto el estar la materia, en que está esta divina Imagen estampada, raída y agujereada todo lo que ocupaba el rostro y parte del cuerpo del Niño, lo que pasó experiencia y a la vista del declarante, como así que de ahí a poco tiempo de este acontecimiento que ya se ha declarado, se fue manifestando el Niño, volviendo a su perfección antigua, a vista y ciencia de todos los que logran ver a esta soberana Imagen, demostrándose esta maravilla en una como sombra o señal donde estaba lo raído de la materia por indice de este prodigio…

Que es lo que puede decir y declarar en virtud de el juramento que fecho tiene en que se afirma y ratifica.

Leídole esta declaración, dijo estar bien escrita, que siendo necesario lo dirá de nuevo, que es de edad de 55 años y lo firmó con su merced e yo el infrascrito notario de que doy fe.

Doctor don Carlos de Herrera.
Gregorio José de Reina.

Ante mi,
Fernando Capdevilla,
Notario público y de visita.

Imagen de Nuestra Señora de Coromoto según copia al óleo, inspirada del original, hecha en Guanare por el pintor Luis Peña Negri en 1939

Reproducciones

° . De la diminuta y milagrosa Imagen de Nuestra Señora de Coromoto se han hecho reproducciones que presentan algunos aspectos diferentes con el original. El motivo de esta diferencia se debe probablemente a la dificultad de obtener copias perfectas por la pequeñez de la milagrosa Imagen, a la poca claridad y al deterioro de los rasgos de su dibujo y a la inspiración de los artistas cuyas interpretaciones siguen los impulsos de su devoción.

Sin embargo, todas las copias que conocemos reproducen la forma general de la Imagen que representa a la Santísima Virgen con el Niño en su santo regazo.

Imagen de Nuestra Señora de Coromoto de Tucupido

Entre todas las reproducciones de la Imagen de Nuestra Señora de Coromoto, ésta es probablemente la más antigua, parece ser la misma que hizo dibujar Marcos Paredes de San Nicolás.

Estuvo primeramente en la iglesia del pueblo de la Aparición de Coromoto, en el altar construido sobre el mismo sitio que ocupaba la choza del Cacique Coromoto.

Cuando en 1778 el Padre Buenaventura Egurrola mudó el pueblo de la confluencia de los ríos Guanare y Tucupido para la mesa de este nombre, la Imagen fue trasladada de nuevo al asiento de la población y allí permaneció hasta el año 1923, cuando fue traída para Guanare, y en 1936 el Presbítero Félix I. Quintana se la llevó para Sanare, en cuya iglesia se puede ver.

El ilustrísimo señor Obispo de Barquisimeto, doctor Enrique M. Dubuc, poseía una antigua y pequeña imagen de Nuestra Señora de Coromoto, que había sido propiedad de la ilustre familia guanareña Luque, quien la obsequió a Monseñor Críspulo Uzcátegui, Arzobispo de Caracas. Esta Imagen se parece en todo a la de Tucupido.